La ansiedad es una emoción común y normal de las personas que se activa ante una amenaza o peligro cumpliendo funciones necesarias que permite adaptarnos a la vida. Sin embargo, existen situaciones de ansiedad desproporcionadas que se convierten en obstáculos para llevar una vida normal.
Esta emoción también tiene un gran impacto con la alimentación, debido a que se generan deseos de comer porque se comienza a confundir las emociones con el deseo de tener la recompensa de comer. Habitualmente cuando uno está sometido a un estrés o una ansiedad se secretan distintas sustancias en el organismo que conllevan a activar el deseo de comer cosas dulces o saladas.
Existen alimentos que ayudan a regular la ansiedad como el magnesio, triptófano, vitamina B12, ya que son fundamentales para que nuestro cuerpo se pueda sentir mejor, debido a que son antecesores de la serotonina, endorfina, dopamina y oxitocina conocidas como “Hormonas de la felicidad”. Esa vitaminas y minerales las podemos encontrar en las semillas, carnes blancas, granos integrales, palta y frutos secos.
Un grupo necesario son los aminoácidos esenciales que son aquellos que el organismo no es capaz de producirlo por sí mismo, por ello debe ser aportado a través de la dieta. Cumplen funciones muy importantes, entre una de ellas ayudan a crear mejores conexiones neuronales y sensación de bienestar.
El triptófano, aminoácido esencial, es un precursor de la serotonina. Al incluirlo a nuestra dieta se empieza a generar serotonina de forma natural. Lo podemos encontrar en mayor cantidad en los pescados azules, carnes magras, huevos, lácteos, cereales, legumbres y frutos secos. Asimismo, los antioxidantes es un grupo importante, ya que amortiguan el efecto del estrés a través de los alimentos, y se encuentran en los frutos rojos y frutos secos. Al igual que la fibra, que uno de sus grandes beneficios es proporcionar saciedad.
Los alimentos que se deben evitar en el período de mayor ansiedad son aquellos alimentos procesados y ultra procesados y refinados, ya que generar sensación de recompensa a nivel del cerebro, pero por un período corto.