El Hierro es un elemento importante de la hemoglobina. Su función es llevar el oxígeno a todos los tejidos a través de la sangre. También se encuentra en los músculos y permite realizar actividades como: caminar, trabajar, hacer ejercicios y más. Además, cumple funciones de desarrollo del aprendizaje.
Hay dos tipos de hierro, según su origen animal o vegetal.
El de origen animal se llama hierro hemo y es de muy fácil absorción por el cuerpo humano. Todas las carnes lo tienen, especialmente las carnes rojas, y se encuentra en grandes cantidades almacenado en el hígado y en las vísceras, la sangrecita de los animales es como una transfusión del animal hacia nosotros.
Por otro lado, el hierro no hemo, de origen vegetal, es mucho más difícil de absorber para nuestro cuerpo.
Algunos de los alimentos vegetales que contienen más hierro son las espinacas, los frijoles o habas, las arvejas, las lentejas.
Ciertos alimentos pueden potenciar o disminuir la absorción del hierro de origen vegetal.
La vitamina C (o ácido ascórbico) favorece esa absorción, mientras que sustancias lo reducen
Así que, si quieres sacarle el máximo partido nutritivo a un buen plato de lentejas, mejor acompañalas con un jugo de naranja y no con un té. Lo mismo si tomas suplementos de hierro.
La cantidad diaria de hierro que una persona necesita varía según la edad y el sexo; dependerá también de si su alimentación para los veganos que no comen carnes, aves necesitan el doble, porque el cuerpo absorbe mejor el hierro “hemo” de origen animal que el hierro “no hemo” de los vegetales y alimentos fortificados con hierro.
Los síntomas de anemia por deficiencia de hierro (conocida como “anemia ferropénica”) incluyen el cansancio y la falta de energía, trastornos intestinales, falta de memoria y concentración, además de disminución de la habilidad para combatir los microbios y las infecciones o de controlar la temperatura del cuerpo. Los bebés y los niños con anemia ferropénica pueden desarrollar dificultades de aprendizaje.
Hay algunos momentos de la vida donde sus necesidades están aumentadas:
Embarazadas
Durante el embarazo, aumenta la cantidad de sangre en el cuerpo de la mujer, lo cual significa que necesita más hierro para ella y el bebé en crecimiento. La insuficiencia de hierro durante el embarazo aumenta el riesgo de anemia ferropénica y de que el bebé tenga bajo peso al nacer, nazca prematuramente y tenga bajos niveles de hierro. El consumo de muy poco hierro durante el embarazo también puede perjudicar el desarrollo del cerebro del bebé.
Las embarazadas o las mujeres que amamantan deben tomar un suplemento de hierro, con la alimentación no llegan a cubrir sus necesidades.
Bebés y niños hasta los 2 años
La anemia ferropénica infantil puede causar retrasos en el desarrollo psicológico, aislamiento social y disminución de la capacidad de prestar atención. Entre los 6 y 9 meses, los bebés nacidos a término podrían presentar carencia de hierro a menos que consuman alimentos sólidos fortificados con hierro o leche especial para bebés fortificada con hierro.
La anemia por deficiencia de hierro se presenta cuando sus reservas corporales bajan. Esto puede ocurrir debido a que:
- Usted pierde más glóbulos sanguíneos y hierro de lo que su cuerpo puede reponer (periodos menstruales)
- Su cuerpo no hace un buen trabajo absorbiendo hierro (enfermedad Celíaca, Enfermedad de Crohn, cirugías, tomar muchos antiácidos o antibióticos)
- Su cuerpo puede absorber el hierro, pero usted no está consumiendo suficientes alimentos que contengan este elemento
- Su cuerpo necesita más hierro de lo normal (por ejemplo, si está embarazada o amamantando)